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lunes, 30 de junio de 2014
30 DE JUNIO: APARICIÓN DE LA VIRGEN DOLOROSA DE EZKIOGA
EN EL MUNDO
Mario Vargas Llosa: “Ningún país
democrático digno acepta concentración de prensa”
La República. Martes, 14 de enero
de 2014 | 8:38 am
Según MVLl, es crucial que los
medios de comunicación reflejen la diversidad de puntos de vista, de opiniones.
Gustavo Gorriti
IdL-Reporteros
Mario Vargas Llosa no es solo un gran escritor sino uno de
los intelectuales públicos más prestigiosos y respetados en el mundo.
IDL-Reporteros lo entrevistó para su primera publicación del 2014, sobre varios
temas, pero especialmente sobre uno de los hechos y debates que provoca más
silenciamientos y distorsiones: el oligopolio en los medios de prensa.
Sea que se esté de acuerdo o se tenga alguna discrepancia con
la opinión de Vargas Llosa, es evidente la importancia de conocer con claridad
su pensamiento. Por eso, IDL-R buscó acentuar el factor expositivo en la
entrevista, cuya primera de dos partes se publica hoy.
En el enconado debate actual sobre la concentración de
medios, tu voz ha surgido con fuerza marcando claras divergencias con gente muy
cercana a ti.
Así es. Creo que la batalla de
este momento es la batalla contra la concentración de la prensa, creo que ese
es un tema de una enorme urgencia, porque puede tener un efecto a mediano y
largo plazo catastrófico para la Democracia si no conseguimos un consenso
amplio en el Perú en favor de una verdadera libertad de prensa, que es
incompatible con una concentración de medios como la que se está dando en el
Perú.
¿Cuál es, en concreto, tu punto
de vista [sobre cómo enfrentar el problema]? El Comercio ha intentado
presentarlo como uno de libertad de prensa.
Yo voy a publicar este domingo [12
de enero] un artículo en Piedra de Toque [su columna quincenal] en el que
abordo el tema. Mi posición es [la] que yo creo normal y natural dentro de una
concepción democrática de la vida pública: Que es absolutamente importante que
exista libertad de prensa, libertad de crítica y que por lo tanto es muy
importante que los medios de comunicación reflejen la diversidad de puntos de
vista, de opiniones. […]
Eso, para mí, es incompatible con
la concentración de los medios de prensa. Y afortunadamente tenemos una
Constitución que en ese aspecto es absolutamente clara, pues prohíbe la
exclusión, el monopolio y el acaparamiento de la prensa.
Ahora, ha surgido el hecho de la
compra de Epensa por El Comercio, que yo creo que entra clarísimamente en
contradicción con ese principio constitucional; y frente a eso ha surgido una
muy buena iniciativa, la de esos ocho periodistas, que arriesgándose a la
muerte civil han hecho una acción de amparo pidiendo que el Poder Judicial
declare nulo ese acuerdo comercial.
Yo creo que las razones son
obvias. Ningún país democrático digno de ese nombre acepta una concentración de
la prensa que le dé a una organización casi el 80 por ciento del mercado
informativo.
Todas las sociedades democráticas
desarrolladas tienen leyes o principios que impiden el monopolio y el
acaparamiento. He estado justamente viendo en estos días qué ocurría en Estados
Unidos, Europa. Ninguna democracia, ninguna, permite una concentración semejante;
incluso muchas de ellas impiden que haya un cruce…
… la propiedad cruzada de medios
de información…
…exactamente, que tengas periódicos y tengas
televisiones está prohibido en muchas partes… y en todas hay unos organismos
que controlan o que vigilan que no se produzca esa concentración. Nosotros
tenemos un principio constitucional al respecto.
La pregunta clave, creo yo, es
cuál es la mejor manera de garantizar ese pluralismo informativo y evitar esa
concentración.
Yo estoy en contra de leyes
especiales en democracias subdesarrolladas. No en democracias desarrolladas.
Nadie discute en España, por ejemplo, la función que tiene la Comisión Nacional
de la Competencia, que es la que autoriza o no autoriza compras o funciones de
órganos de prensa, que puedan ir más allá del 30 por ciento. […]
Pero en los países
subdesarrollados, ya sabemos a lo que conducen las leyes de prensa: Venezuela,
Ecuador, Bolivia, Argentina. […]
Yo creo que con lo que sabemos y
con los precedentes que tenemos…, hay que oponerse a que haya una ley de prensa
y yo creo que hay que aceptar que la vía judicial es la mejor.
"Mira, yo respaldé a Humala
con muchos temores, y sin embargo esos temores eran injustificados. Ha cumplido
lo que prometió públicamente en San Marcos".
¿Debería ser entonces [enfrentado
y resuelto el problema solo] a través de la vía judicial?
A través de la vía judicial.
Puede ser lento, puede llegar a muchas instancias. Llegar a la Corte Suprema,
llegar al Tribunal Constitucional y llegar
incluso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos en San José. En
buena hora.
Porque yo creo que un debate en
el Parlamento, con el enorme desprestigio que este tiene –en todas las
encuestas es la institución peor valorada por la opinión pública peruana–, es
la peor tribuna para que haya un debate alturado, sensato, racional sobre la
mejor manera de impedir la concentración de la prensa.
Entonces la ley que se diera
sería de todas maneras una ley que no tendría ningún consenso y que se
convertiría en un objetivo político para derribarlo o defenderlo o imponerlo.
Creo que [eso] solo traería un enorme perjuicio al Gobierno, porque lo
acercaría a los gobiernos que han utilizado la ley para abolir la libertad de
prensa o, por lo menos, para restringirla.
Entonces, yo creo que el Poder
Judicial es la buena vía, y creo que por esa vía hay más posibilidades de
obtener consenso. Y en todo caso lo que me parece muy bien es que haya debate,
que el debate esté abierto hoy en día y que sea un debate en el que participa
cada vez más gente.
Yo creo que desde el punto de
vista internacional no hay ninguna duda sobre quién tiene la razón en este
debate. No la pueden tener quienes sostienen, con sofismas muy baratos, que
tener el 80 por ciento del mercado de ninguna manera limita la diversidad
informativa, la diversidad crítica, la diversidad de opiniones…
Entonces, lo que propones es que
el Poder Judicial actúe aquí como lo hacen en otros lugares las instituciones
reguladoras y que sea quien ordene: ‘Deshagan esta operación.
Retrotráigase al estado
anterior”.
Exactamente. Y eso sería lo ideal
en este caso, es decir, sobre todo no presentar esto como una lucha entre dos
empresas. Creo que el Poder Judicial debería anular la operación y La República
renunciar a absorber Epensa, justamente en defensa de ese principio, de la
dispersión de la propiedad de medios de comunicación.
¿Y qué pasaría con los Agois, una
vez deshecha la operación, si quieren vender?
En buena hora, que lo vendan. Y
ojalá entre un tercer grupo a competir. Ojalá.
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